(English original below)
Acabamos de regresar de México, donde fuimos testigos de cómo una joven estudiante en intervención educativa, Yessica Vergara, transformó un pre-escolar en una escuela viva. Fue increíble. En la escuela ahora abundan las plantas colgantes, árboles para trepar, jardines colgantes en las paredes, las aves anidan en los pasillos abiertos, bellos murales en las paredes y los niños corren y sonríen en todas partes. Ella se inspiró en el proyecto de Planteles Educativos Sustentables en el que colabora Dawson College.
El niño pequeño en mí fue testigo de la escuela a la que siempre quise asistir. Vi mariposas y pájaros por todas partes. Los padres, quienes ayudaron con la transformación, sentían que eran parte de la educación de sus hijos y desarrollaron un sentido de comunidad que no existía antes. Estos tímidos padres, tienen mucho que enseñarle al resto de las escuelas en el mundo que solo tienen áreas de juego pavimentadas y espacios interiores que mas bien podrían ser los pasillos de una corporación Norteamérica. Nos dijeron que sus hijos no quieren dejar la escuela y cuando están enfermos, los niños no se quieren quedar en casa. La directora nos contó que ella maneja durante una hora cada día para llegar a la escuela y aunque le han ofrecido trabajar en otros lugares, este lugar es especial.
¿Por qué quiero ser un niño en esta escuela? ¿Por qué va a manejar una directora esta larga distancia todos los días? ¿Por qué los niños quieren quedarse después de la hora de clases? Sin duda, los maestros son un grupo especial, pero lo que todos sienten y tienen problemas en describir ya está respaldado por la investigación. Proyectos basados en la naturaleza cultivan nuevas relaciones, incuban esperanza y pueden ayudar a construir relaciones donde había pocas antes. Un aumento en la biodiversidad atrae aún más de esta lo cual es satisfactorio. La comunidad creó un lugar de confort el cual la gente quiere sentir. Las áreas de juego en la escuela son restauradoras y disminuyen el estrés. Vi el orgullo y la felicidad y sobre todo, un lugar que parecía una escuela saludable.
Los estudios han demostrado cómo invitar a la naturaleza a la escuela reduce: la fatiga, las bajas por enfermedad, ausentismo, los comportamientos negativos y actos criminales, y aumenta la imaginación, la creatividad, paciencia y estados de ánimo positivos. La relación entre la reducción del estrés y acceso al aire libre están bien documentada. Ahora los estudios están demostrando cómo las plantas dentro de un salón de clases también reducen el estrés, aumentan la productividad de los estudiantes y la concentración aumenta. Los estudios de las escuelas muestran una clara correlación cuando la Naturaleza es invitada a estar al exterior y/o interior de las escuelas y las tasas de graduación de los estudiantes, resultados mas altos en las pruebas y un comportamiento positivo, incluso dentro de las instituciones de educación superior.
Así que, ¿cómo podemos lograr el éxito de los estudiantes? Plantar el primer árbol, hablar con el comité de padres, donar una planta de interior, iniciar un jardín, pedir que haya arte inspirador en los pasillos que suelen ser de aspecto corporativo, participar, motivar, inspirar … me voy a robar una idea de mi querida Luisa, quien es psicóloga clínica y se dedica a ayudar a los menos afortunados. Ella está planeando una producción de teatro de calle en México para contrarrestar tantas noticias negativas. Esta producción titulada “Paz: 50 metros de buenas noticias”, pondrá a prueba a los miembros del público a que sean responsables por crear una buena noticia dentro de los 50 metros alrededor de su casa.
Sugiero que utilizémos el mismo concepto. Vamos a construir el confort, las relaciones, la esperanza, la biodiversidad, la comunidad, menos estrés, lugares con orgullo y sonrisas, y tal vez, o debería decir, probablemente, aumentara el éxito de los estudiantes y su salud a lo largo del camino.
Hay muchas clases y escuelas que esperan algún contacto con el mundo natural. Es hora de que todos nosotros seamos productores del “Éxito estudiantil: naturaleza alrededor de los 50 metros de asiento de la clase de su hijo”.
Por Chris Adam
Traducción: Gisela Frias
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The Nature of Student Success
Having just returned from Mexico where we witnessed how one young teacher intern transformed her school into a Living School for children was incredible.
Hanging plants abound, trees to climb, hanging gardens on walls, birds nesting in the open hallways, beautiful murals on walls and children running and smiling everywhere. She was inspired by Dawson’s Campus Sustainability project.
The little boy in me witnessed the school I always wanted. I saw butterflies and birds everywhere. Parents who helped with the transformation felt they were part of their child’s schooling and developed a sense of community where this didn’t exist before.
These shy parents, who have much to teach the world of schools with paved play areas and indoor spaces that could very well be hallways of corporate North America, said their children didn’t want to leave school and when ill, the children didn’t want to stay home. The principal said she drives one hour one way to this school despite being asked to work locally, because it is special.
Why did I want to be a child in this school? Why does a director drive this distance every day? Why do the children want to stay after hours? Surely the teachers are a special bunch, but what we all feel and have trouble describing is being backed up by research.
Nature-based projects cultivated new relationships, incubated hope, and can build relationships where there were few before. An increase in biodiversity attracts still more and that is satisfying. The community created a place of comfort people wanted to experience. The school plays areas are restorative and decrease stress. I saw pride and happiness and most of all, a place that looked like a healthy school.
Studies have shown how Nature within a school reduces: fatigue, sick leaves, absenteeism, negative behaviours and criminal acts, AND increases imagination, creativity, patience and positive moods. The reduction of stress and the outdoors is well documented. Now studies are demonstrating how plants within a classroom also reduce stress, increase student productivity and increases concentration. Studies of schools show a definite correlation between Nature being invited outside and/or inside schools to student graduation rates, higher test scores and positive behavior, even within institutions of higher education.
So, how can we achieve student success? Plant the first tree, talk to the parents’ committee, donate a houseplant, start a garden, demand inspiring art on corporate-looking hallways, engage, motivate, inspire…I will steal an idea from my dear Luisa, a clinical psychologist dedicated to helping those less fortunate, who is planning another street theatre production in Mexico to counter so much negative news. In this production titled “Peace: 50 metres of good news”, she will challenge audience members to be responsible for good news within 50 metres of their home.
I suggest we use the same concept. Let’s build comfort, relationships, hope, biodiversity, community, less stress, places with pride and smiles, and maybe, or shall I say probably, increase student success and health along the way.
There are many classrooms and schools waiting for some exposure to the natural world. It is time for us all to be producers of “Student Success: 50 metres from your child’s classroom”.
By Chris Adam